Mucho se habla de cuándo es de aplicación o no la ley de prevención a nuestra profesión. Mucho tiempo se nos ha engañado con la exclusión por parte de los altos cargos. Evidentemente es algo que no les favorece desde su punto de vista ya que el empresario siempre ve con recelo, y como un sobre coste, la aplicación de medidas preventivas al trabajo. De la falsa creencia de lo que cuesta la prevención hablaremos más adelante en este blog.
Hay un artículo muy bueno que explica por qué no estamos excluidos de la ley. Recomiendo encarecidamente su lectura a aquellos que duden sobre el papel que juega la prevención de riesgos laborales en nuestra profesión:
Está tan bien explicado que no vamos a volver a justificarlo aquí, solo vamos a hacer un pequeño resumen.
– La ley 31/1995 de PRL es de aplicación siempre excepto en situaciones de grave riesgo colectivo. Esto no es un incendio, una práctica, un accidente de tráfico o cualquier otra actividad habitual en el trabajo de bomberos.
– Esta ley es de aplicación a las administraciones públicas. Otro asunto es que las autoridades competentes en la vigilancia de su cumplimiento sean muy laxas. Si bien es cierto que tienen alguna excepción como no tener que pasar auditorías, pero en lo que respecta a los trabajadores es exactamente igual para todo el mundo.
– Desde mi punto de vista queda en el aire el hecho de que podamos hacer una excepción en el caso de una víctima con peligro inminente. He oído a gente que sabe mucho del tema y dicen que en ese caso sí que estamos exentos. Yo aún no he leído nada que lo confirme. Todos sabemos que primero es nuestra seguridad ante todo y lo peor que puede pasar es tener que rescatar al rescatador.
– Todo este problema se resolvería si existiese un Real Decreto o nota técnica del INSHT que aclarase los ámbitos de aplicación de la prevención a nuestro trabajo.
Como podéis ver, en el artículo que he enlazado, hay informes que nos avalan. La ley no nos excluye en ningún momento (excepto en grave riesgo colectivo) por lo que debemos luchar, sin que nadie nos lo impida, por nuestra seguridad.